lunes, 13 de octubre de 2025

 Bajo la lupa: Profundizando en el análisis estructural y legislativo de la FP Dual España vs. Alemania (parte 1)

El éxito histórico del sistema de Formación Profesional Dual (FPD) en Alemania y las persistentes dificultades para su consolidación en España no residen únicamente en los porcentajes de alumnado o la estructura empresarial. El contraste real se encuentra en la arquitectura legislativa, el modelo de financiación y el profundo pacto social y cultural que define la relación entre educación y trabajo en cada país.

La raíz del problema español: Legislación, financiación y dilución.

La implementación de la FPD en España ha sido un esfuerzo de "trasplante" desde un sistema puramente educativo a uno que busca el equilibrio entre el centro y la empresa. La nueva ley, si bien ambiciosa, genera nuevos desafíos estructurales:

1. La Dualidad obligatoria y su dilución (Ley de FP 2023)

La gran reforma española convierte la FPD en el modelo único de la Formación Profesional (FP), pero lo hace diferenciando dos modalidades que, para muchos expertos, diluyen el concepto dual:

Modalidad de FP

Porcentaje mínimo en empresa

Vinculación del alumnado

Crítica principal

FPD General

Mínimo 25% del currículo (mínimo 500 horas).

Convenio de colaboración (estatus de estudiante).

Riesgo de maquillaje: Puede ser percibido como una simple extensión de las antiguas FCT (prácticas) en el tiempo, sin garantizar la función formadora de la empresa en el currículo.

FPD Intensiva

Mínimo 35% del currículo (puede superar el 50%).

Contrato de formación (estatus de trabajador-aprendiz).

Baja penetración: Es el modelo más cercano al alemán, pero su implantación depende totalmente de la disposición de la empresa a realizar un contrato de formación con remuneración y cotización, lo que limita su crecimiento en el tejido PYME.

El riesgo es que la FPD General, al no exigir un contrato ni una participación curricular superior al 25%, se convierta en la modalidad mayoritaria. Esto universalizaría la "dualidad" en el nombre, pero no en la profundidad formativa y laboral

2. La formación del tutor de empresa

En España, la figura del tutor de empresa es crucial, pero a menudo recae en personal que no ha recibido una formación pedagógica específica ni el tiempo liberado necesario para el seguimiento. El tutor debe garantizar la adquisición de los "resultados de aprendizaje", pero en la práctica, puede limitarse a asignar tareas no relacionadas con el plan formativo por necesidad productiva

3. El desafío de la financiación centralizada

A diferencia de Alemania, en España no existe un sistema de financiación empresarial directo y obligatorio dedicado al sistema dual. Las empresas participan por incentivos (reducción de cuotas a la Seguridad Social en la modalidad de contrato o subvenciones autonómicas), pero no tienen un mecanismo de inversión estructural en el sistema.

El modelo alemán: Un consenso social y un pilar económico.

El éxito alemán (Duale Ausbildung) radica en que es, ante todo, un pacto económico y social, no solo un modelo educativo. La clave es la corresponsabilidad tripartita (Empresa, Estado y Agentes Sociales) y su regulación estricta.

1. La arquitectura institucional: Cámaras como garantes de la calidad

Mientras en España el Ministerio de Educación y las CC.AA. tienen el peso regulador, en Alemania, las Cámaras de Comercio e Industria (IHK) y las Cámaras de Artesanía (HWK) son los actores centrales de la calidad y la certificación.

Regulación curricular: Las Cámaras definen, junto con los agentes sociales, los contenidos y perfiles profesionales necesarios para las empresas.

Contratos y exámenes: Son las Cámaras quienes registran el contrato de aprendizaje (Ausbildungsvertrag) de cada alumno y organizan los exámenes finales (teóricos y prácticos). Esto asegura que la titulación responde directamente a las necesidades del mercado laboral y no solo a los criterios del centro educativo.

2. Estatus del aprendiz: el contrato de formación

El estudiante alemán es, desde el día uno, un aprendiz contratado y remunerado por la empresa (un sueldo que aumenta progresivamente).

Compromiso legal: El contrato regula los derechos y deberes, garantizando que el tiempo en la empresa sea formativo. Esto da al joven un estatus de trabajador joven, con derechos laborales y seguridad social, erradicando el estigma de la "práctica no remunerada".

Inversión a largo plazo: La empresa invierte porque sabe que, al finalizar los 3-4 años, tendrá un empleado totalmente cualificado para su línea de producción y con un alto índice de retención.

3. El modelo de financiación (sistema descentralizado)

El sistema alemán no se financia con una única tasa federal, sino a través de la inversión directa y descentralizada de las empresas. El coste de la formación (salario, recursos del centro de trabajo y tutorización) es asumido por la empresa, que lo considera una inversión en capital humano.

El Estado se encarga de financiar la escuela de FP (Berufsschule) y la coordinación. Este sistema ha demostrado ser mucho más estable a los ciclos económicos que los modelos basados en subvenciones puntuales.

Conclusión estratégica

El principal escollo para que la FPD Dual "funcione como debería" en España es que aún no se ha logrado la transferencia de la responsabilidad formativa de la escuela al ecosistema productivo.

 

Variable clave

Modelo español

Modelo alemán

Eje de la formación

Centro educativo

Empresa

Rol de cámaras

Consultivo/Asistencial

Regulador/Certificador

Mecanismo de retorno

Retención post-contrato

Alta tasa de retención post-aprendizaje

Percepción social

Vía secundaria

Vía de prestigio y éxito laboral

Para que España se acerque al modelo alemán, la universalización de la FP Dual debe ir acompañada de una mayor autonomía y poder de certificación a los agentes sociales y cámaras de comercio, y de la creación de incentivos fiscales y estructurales más ambiciosos que obliguen a las empresas a ver la formación como un gasto de inversión y no un coste adicional. Sin un consenso social que eleve la FP a la altura de la universidad, el estigma y la baja participación persistirán.

 


Juan Manuel Sánchez Eugenio

Ingeniero Industrial–Ingeniero de Materiales e Ingeniero Técnico Industrial especialidad electricidad/electrónica

Profesor de Educación Secundaria, especialidad de Sistemas Electrotécnicos y Automáticos

Profesor asociado del Área de Proyectos del Departamento de Ingeniería Mecánica y Energía–Escuela Politécnica Superior de Elche–Universidad Miguel Hernández

Asesor del ámbito CTEM (Científico, Tecnológico, Ingeniería y Matemáticas) en el CEFIRE Territorial de Elche

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